jueves, 31 de julio de 2008

El desafío

Observó con detenimiento todo cuanto a su vista se ofrecía. El suelo formaba sinuosas ondas brillantes bajo la inexpugnable mirada de un sol carente de piedad. No había sitio donde escapar de sus rayos, no había esperanza para nadie que se adentrase en su territorio.

Alzó la mirada protegiéndose los ojos con las manos y pudo apreciar la inmensidad del terreno que lo rodeaba. Solo numerosas dunas rompían el equilibrio del paisaje, semejantes a pequeñas montañas de crema, dulce para la visión, reconfortantes para el ojo del viajero inexperto; pero él sabía que era una trampa mortal. La Bruja de las Dunas sabía ocultarse en su territorio pero mejores eran sus técnicas de castigo para aquellos que desafiasen su autoridad. Lo sabía muy bien.

Desde que tenía uso de razón recordaba las innumerables pruebas que había de superar. El capricho de la Bruja dictaba el día tras día para los que debían de padecer bajo el mandato de su tiranía y su naturaleza rebelde no ayudaba a escapar de todas sin castigo.

Mientras reflexionaba cuál debía de ser su siguiente paso, unas voces susurraban desde la lejanía una especie de canto que le era familiar pero que no conseguía entender. Intentó prestar atención pero para entonces las voces habían callado. Era un aviso.

Debía estar alerta, en cualquier momento podría suceder lo que tanto temía. Sabía que hacía poco había podido escapar indemne de aquella espesa selva a la que había expuesto su vida hacía tan poco tiempo. El factor suerte fue clave pero no podía confiar siempre en él.

De su espalda descolgó el tridente que siempre le acompañaba en todos los viajes para adentrarse en las profundidades arenosas del desierto.

La tensión de sus músculos empezaba a ser dolorosa pero no podía bajar la guardia en ningún momento. A medida que avanzaba sintió como el suelo empezaba a moverse bajo sus pies y fue entonces cuando supo que esta vez no había escapatoria…

Levantó la vista y allí estaba: la Br….su madre le estaba recriminando por tercera o cuarta vez que dejara de jugar con la comida y acabase de una vez con el puré de patatas; ya había tenido bastante con el plato de verduras de ayer….

Y, una vez más, nuestro intrépido héroe se vio obligado a crear una estrategia que le permitiese escapar del dominio y crueles leyes de la Bruja….
Por los buenos momentos que me dieron Calvin&Hobbes
Vanesa

lunes, 28 de julio de 2008

Un adiós

La danza era hipnótica. Millones de llamas danzarinas refulgían en la oscura superficie del Mar. Se mecían con precisión, lentamente, deleitando la atenta mirada de la Luna, la misma que desnuda la profunda noche de las aguas. Es una mirada de tristeza, de añoranza, de frustrado deseo por su proximidad pero desesperante lejanía. La Brisa es la tortura en sus sueños, sólo ella acaricia con suavidad a su amor y de su abrazo desprende esa melodía que consigue adormecer su alma.

Lo sé, la entiendo porque su dolor es mi dolor, su soledad es mi soledad y mi amor…….mi amor permanece en algún lugar de la inmensidad del suyo.

Cierro los ojos. La Luna, el Mar, la Brisa, la armonía de los sonidos, yo….se funden en un todo, no hay formas, no hay temor, no hay tiempo,….

Oigo susurrar con dulzura que ha llegado el momento. Salgo de mi ensimismamiento, la miro y asiento. No puedo alargarlo más, ella lo sabe y en su mirada puedo ver que se compadece de mí, de mi sufrimiento. La sonrío con agradecimiento porque estará a mi lado, me mostrará el camino y cuando tome su mano la pesadumbre desaparecerá.

Lentamente me incorporo frente a la Luna, nuestros caminos se separan pero quiero que sepa que perdurará en mi recuerdo. Mientras la contemplo avanzo paso a paso hasta que el suelo se desvanece para ser acogida en la inmensidad de las aguas.

El silencio no logra acallar mis pensamientos. Por primera vez la desesperación hace presa en mí, cientos de cuestiones se agolpan en mi mente sin control y todas las respuestas que surgen dudan de poder encontrarte………entonces la dama portadora de la guadaña me abraza con firmeza para transmitirme su fuerza, para instarme a abrir los ojos y ver que permanecías allí, aguardando mi llegada. Una sonrisa exhala el último resquicio de vida mientras tus brazos invitan a una nueva.

Nada ha cambiado. La superficie del Mar sigue salpicada de esas llamas danzarinas, la Brisa continúa meciéndolas a su son y la Luna…….la Luna sigue iluminándolas, aferrada a su mutismo, a su dolor, a su amor, a la infinitud de los tiempos…
Vanesa

viernes, 25 de julio de 2008

Linda


- ... yo siempre la mantengo encerrada en la cocina, se podría decir que esa es la única parte de la casa a la que ella podría llamar hogar, pero es que me pone negro verla de un lado para otro molestándome, buscando carantoñas, me dura dos ostias, la primera para que aprenda cual es su lugar y la segunda para calmarla cuando abre la boca y que se la ocurra enseñar los dientes...
- Joder, te comprendo perfectamente, si yo tuviera una la trataría igual que tu, la mano dura parece ser lo único que entienden
- La verdad es que si... hay que enseñarlas bien al principio porque si no luego se creen que pueden hacer lo que quieran, lo mejor es que aprendan, desde el primer momento en que la tienes, quien es el que manda en tu casa y que debe respetar cada una de tus ordenes como la puta iglesia obedece a su Papa.
- Así se dice, que no se lleven a engaños, demostrar quien lleva los pantalones, ¿verdad?
- Si, se podría decir así. Pero lo que más me jode, es que cuando la llevas de paseo hay que tenerla atada en corto porque sino se le van los ojos a todos los culos que pasan cerca.
- Si es que todas son unas putas y cuando se juntan no hay quien las aguante
- Ah, yo en eso no tengo problemas, el único momento que la dejo libre es cuando la dejo un rato con sus amigas pero siempre vigilándola por supuesto, no me vaya a preparar alguna.
- Y, ¿hace cuanto que la tienes?
- Pues hará tres años, más o menos
- Ostia... a eso se le llama amor... ¿cómo se llama?
- Ja ja, Linda
- Ja, un precioso nombre... y ¿cuál ha sido la mayor paliza que se ha llevado la preciosa Linda?
- Si, ja ja, la recuerdo perfectamente, se escapó de casa y cuando la encontré, tiritando y agazapada en un callejón, la di tal somanta de palos que la hice comprender que en ningún sitio estaría como en mi hogar. Y ha sido la primera y última vez que me la ha preparado así..
- Joder, la verdad es que en cierta medida te envidio pero no me veo a mi mismo con una.
- ¿Cómo que no?, joder, si te cansas pues la dejas tirada y ya esta, y mientras tanto te hace compañía, que nunca viene mal.
- Ya pero a lo mejor luego te vienen esas instituciones que las protegen y también está la ley... ¿no es un lío cojonudo todo eso?...
- Pero que dices, si mantienes un poco de intimidad nadie se va a enterar, ¿a quién le va a importar que la des de ostias o de cómo la trates a estas alturas de la vida, en esta sociedad nuestra? ... además, tampoco la trato tan mal... y si lo hiciera, por supuesto que ella no va a confesar, jajaja, te lo aseguro... y si eso la cierro la boca y no hay mas que hablar, jajaja.
- Si bueno, tienes toda la razón, no sabes como te envidio... pero la verdad, es que eso de casarme...
- ¿Casarte?
- Si joder, Linda y tu estáis casados, ¿no?
- ¡Pero que dices!, ¡Linda es MI PERRA!
- ¡Ostia!... no jodas, ¡como tratas al pobre animal, tío!. ¡¡¡Eres un puto bestia!!!.
Emilio

martes, 22 de julio de 2008

Si

Si fuera un egoísta inmisericorde me irían mejor las cosas, estoy seguro. Para empezar, proclamaría a los cuatro vientos mi intención de ser el eterno estudiante con el fin siempre alabado de convertirme en un hombre de provecho. Provecho propio, evidentemente, aunque esto último me lo callo, y en su lugar acudo a mi cuidada oratoria, humilde y efectiva, para justificar mis propósitos. Por ejemplo, decir que la vocación de uno es entregarse a los demás emociona a las abuelas, te reconcilia con los amigos y además sirve para ligar. El kid completo, vaya.

Después, cuidaría mi aspecto físico. Las trazas de hippie moderno pero sano, ecológico pero con estilo, me asegurarían ser invitado a todas las fiestas y me ayudarían a consolidar mi imagen de hombre comprometido. Además, me ahorraría un buen dinero, que dedicaría, sobra decirlo, a cervezas baratas (bebida de estudiante, económica pero abundante) y a un porro de vez en cuando. Tabaco no, gracias, que ya se sabe que es malo para la salud y no está de moda.

Renovado por dentro y por fuera, me mostraría al mundo como un tío enrollado que habla con todo el mundo, propone aventuras, cuenta anécdotas graciosas que cautivan la atención de los oyentes. Eso sí, sin pasarse. Es una tarea ardua y lenta, esta de seleccionar qué, cómo y dónde relatar las experiencias, así como se necesita un tacto y un talento especial para saber escaquearse en el último momento, sin ofender a nadie y a ser posible, despertando cierta lástima.

Si fuera un egoísta que va por la vida acompañado por los otros pero que sólo hace caso al hombre que siempre va consigo; si fuera así, sería un triunfador nato, admirado por todos y por mí mismo, feliz ante lo pasado y despreocupado respecto al futuro.

Quizá llegue un día en que alguien o la vida me quiera enseñar a ser así. Hasta entonces continuaré dialogando con el espejo los sábados de madrugada, cuando tambaleante, borroso y apestado, le digo a mi tocayo, “tío, por si no te lo había dicho, que sepas que eres un pringao”.
Vicky

sábado, 19 de julio de 2008

En tus ojos

En tus ojos puedo leer todo lo que tus labios se niegan a decir. No lo niegues ni apartes la mirada porque sólo consigues confirmarlo.

Tus ojos expresan miedo, miedo por fracasar en todo lo que te propongas, en ver morir tus sueños antes de empezar a darles formas, a decepcionar a aquellos que confían en tus posibilidades, a mentir para esconderte en ti, a callar cuando tu alma pugna por gritar en el encierro a la que la sometes…

Tus ojos expresan indignación, indignación por los que no saben luchar, por los que ignoran sus sueños convencidos de la pérdida de tiempo que les supone, por los que expresan sólo aquello que tus oídos quieren escuchar, por los cobardes a ser sí mismos, por los que guardan silencio cuando piden a gritos ser liberados de sus cadenas…

Tus ojos expresan confusión, confusión cuando tu miedo y tu indignación luchan por someter una a la otra, por no saber si te destruirán en su ansia de victoria, por no comprender que el dominio de ambas proviene de ti, por justificarlos como fruto de un mundo que te supera y al que eres incapaz de adaptarte…

Mis ojos te miran para expresar la tristeza que me causa tu estado, mis labios expresan lo que tus ojos cuentan pero tu corazón no escucha ni lee las miradas porque hace tiempo que murió ahogado por el miedo, por la indignación, por la confusión…
Vanesa

miércoles, 16 de julio de 2008

Compro...

COMPRO desierto. Espacio donde poder vagar y perderme, con amplias vistas a la soledad. Es imprescindible la garantía de que esconde un gran secreto en él y que nadie aún lo haya descubierto. A ser posible, como buen desierto, soleado hasta la llegada del resto de envidiosas y descaradas estrellas y que su luna nazca y muera acompañada de un manto de frescura. Desierto con dunas, que no dudas, formadas a través de los años, grano a grano, brisa a brisa, escultura uniforme nacida de las caricias de la mano de un Dios que decidió no compartir ese lugar con el resto de su creación. Con un pequeño oasis donde poder descansar y reponer fuerzas, pero sin cobertura. Desierto donde poder ver todos los espejismos que se anclan en mi corazón y demostrarme que solo son eso, imágenes de mi deseo. Un lugar donde poder encontrar la verdad, un lugar donde poner en punto suspensivo a mi esclavitud. No olvidar las tormentas de arena que cieguen mi alma y me hagan sentir un terrible pavor. Tampoco la quietud y semejanza que me impresionan con ese sentimiento desesperado de haber pasado tantas veces sobre mis propias huellas. Abstenerse desiertos compartidos o de alquiler.
Un desierto para mi, que me muero de sed en este mundo...

Compro un desierto donde, al menos, morir de sed tenga sentido.
Emilio

domingo, 13 de julio de 2008

Epístola

La distancia supo aliviar mi alma con el simple gesto reintentar reconstruirla con los pedazos que aún yacían dispersos en un valle que, hasta entonces desconocía lo que era la oscuridad. Los recuerdos que sobrevivían se transformaron en grotescas muescas que no permitían discernir lo agradable de lo doloroso, lo que pudo parecer bueno y desembocó en sombras donde no había respuestas a un simple por qué.

No, no permitiré que me venzas, todavía el telón no ha caído. Es hora de dar a conocer un yo que se ocultaba en los rostros de los demás; es el momento de subir de la caverna en la que había estado subsistiendo pues todo quedó en cenizas. El fuego se ocupó muy bien de cumplir la obra que le mandaste, tan bien lo hizo que puedo con el profundo lazo que me unía a ti momentos antes de perder la consciencia.

Amor, Amor, Amor… es curioso pronunciar tu nombre y no sentir más que aversión por algo que llegué a creer que me pertenecía. Sí, el Amor que defienden los poetas no es más que una composición de letras que colma las ilusiones de las personas para luego romperlas cuando han probado la dulce miel del fin anhelado.

Yo, hijo repudiado, lucharé hasta derrocar tu altanera sapiencia amatoria para que pruebes el rencor de gente semejante a mí en el momento en que se tornen para darte la espalda. Sólo será para que sientas lo que todos padecemos cuando perdemos el favor de estar en tu caluroso y lujurioso regazo.

El Odio, eterno enemigo tuyo, me adoptó sin condiciones previas. No fue él quien consiguió que mi corazón tornase a fría piedra de cristal, no fue él quien lo destruyó por un absurdo capricho ni tampoco fue él quien le dirigió una dura mirada de desprecio. Bien sabes que fuiste tú, divina Afrodita, tú, codiciado manjar de los mortales a quienes manipulas para apropiarte de lo mejor que poseen y tirar después el envoltorio que los cubre. Sí, a ti te acuso, portadora de engaños, proveedora de felicidad y consuelo para aquellos ojos que lloran, para aquellas bocas que no conocen lo que es una sonrisa, para quienes no saben lo que es ser querido….

Mis ojos aún siguen mojándose en las tinieblas en las que están condenados pero, no es por ti, sino por el dolor que me causa verme, por no tener motivos para seguir luchando por algo inalcanzable para pobres mortales como yo.

El orgullo me domina, el odio me hace sentir vivo y sólo alcanzaré alto semejante a la felicidad cuando perezca por la miseria que me causará darte muerte.

Ya puedo ver la luz que señala el camino que conduce al tuyo, a tu final. Será entonces cuando podré darte lo que nadie se atrevió a ofrecerte nunca aunque, para obtenerlo, tengas que sufrir, con o sin consentimiento, la marca del rígido dedo de la justicia, a la que tú llamarás venganza, dictando tu pena de muerte y cumpliéndola al cortar los hilos que rigen tu vida.

No te preocupes mi Amor, que yo estaré contigo para que juntos caigamos en un abismo en donde ni el propio Orfeo conseguirá sacarte en lo que reste para el final de los tiempos….
Vanesa

jueves, 10 de julio de 2008

Yanapu (II)


[Pulsa aqui para leer la primera parte]
...
Escúchame pequeño Yanapu, pues un gran tesoro estará en juego encerrado en un cofre de miedos y enterrado bajo la montaña de las dos vidas.

Y así es, el miedo atrapa al tesoro, conocerás el miedo a tantas cosas que no imaginas, el miedo a sufrir, miedo a equivocarte, miedo a no ser libre, miedo a hacer el bien, miedo a la felicidad, miedo al cambio, miedo a perder lo que tienes y a perder lo que no tienes, miedo a morir, miedo al miedo.

Y así es, dos vidas cubren el tesoro ya que tu vida esta dividida, descubrirás que tu mano izquierda esta sucia tras construir mientras tu mano derecha esta manchada por destruir, que tu lengua es viperina y dos son tus voces, que tu mente y tu corazón están luchando dentro de ti y no temen hacer urdimbres y engaños, y que tus pies pisan, cada uno, un río distinto.

Aquí esta el gran enigma: Vivir una vida incompleta manteniendo las dos mitades o vivir una única vida, una existencia completa tras abandonar una de ellas.
Todo esto te lo muestro con una única intención: que puedas decidir, que sea tuya la decisión y que nadie mas que tú sea el que la determine.

Solo un consejo puedo darte, Yanapu:
“Será necesario este momento, no luches contra lo inevitable. Agota tus fuerzas en el único esfuerzo que merecerá la pena hacer: ser uno contigo”

Y una vez que pase ese día notarás que dentro de ti esta la fuerza para vencer tus miedos, pues ambos son hijos de tu corazón y tanto el miedo como la fuerza deben ser cuidados.
Y verás cómo se construye un mundo nuevo, como aparece el amanecer tras la mas oscura de las noches, como la vuelta a la vida de la mariposa tras dejar atrás su ataúd de cera, como el estallido de color de una flor tras abrirse su capullo.

Pero en el fondo de tu ser sabrás perfectamente que nada habrá cambiado, el mundo seguirá siendo el mundo, como la luna continúa siendo luna aunque pase por diferentes formas y el sol seguirá siendo sol aunque este invisible tras aquellas nubes, y el mar seguirá siendo mar más allá de sus mareas... nada cambiará excepto una parte de ti:
tus ojos

Entonces joven Yanapu, y sólo entonces, serás adulto y dejarás de ser el “pequeño Yanapu”. Hasta ese día mas te vale que obedezcas... así que termínate de una vez la sopa, lava bien los platos y ponte con los deberes. ¿De acuerdo, Yanapu?
Emilio

lunes, 7 de julio de 2008

Yanapu

Llegará un día en tu vida, joven Yanapu, que todo lo que conoces habrá desaparecido como el sol cuando llega la noche, como la arena de la playa tras la marea, como el humo se desvanece en el aire. Ese día durará más que el más largo de los días sumado a la más larga de las noches y cada instante que pase te sentirás totalmente perdido y abandonado. En ese momento darías lo que fuera por que no hubiera llegado, por retrasarlo una estación o lo que tarda un lago en volver a la tranquilidad tras lanzar un guijarro.
Pero por suerte o desgracia para ti, una vez que ha llegado ese día nada podrá retrasarlo, y con tus deseos de que no estuviera allí únicamente lograrás alargarlo.

Rezarás al espíritu del águila para que guíe tus pasos, rezarás al espíritu de la lechuza para que clarifique tu mente, rezarás al espíritu del lobo pidiendo su fuerza... pero ninguno de los espíritus rezará por ti.
Nada ni nadie podrá ayudarte entonces. Estarás solo frente a ti y sólo tu saldrás derrotado o victorioso.

¿Cómo saber lo que deberás hacer? ¿cómo actuar cuando llegue ese momento? No lo sé, pequeño Yanapu, ni tú lo sabrás hasta ese instante. No sirven los planes, ni los pensamientos escritos en piedra, ni las frases que has escuchado de tus antepasados en tu corazón. Nada que provenga de fuera de ti o de un tú anterior a ese momento servirá de algo.

Ni espíritus, ni hombres ni tus propias sombras.

De hecho la verdadera pregunta para la que tampoco tengo respuesta será: ¿cómo reconocerás ese día?.
La mayor parte lo descubren tiempo después, una vez que pasé y tras dedicar una mirada atrás. Pocos son los que son conscientes de estar viviéndolo.

¿De qué servirán entonces todas mis enseñanzas? ¿por qué te cuento todo esto si nada servirá de nada? Te preguntarás, silencioso Yanapu...
Es terrible conocer a hombres de nuestro pueblo que pasaron por este momento y no han sabido mirar atrás para reconocerlo, o hermanos tuyos que no han sabido reconocer que lo están viviendo y lo alargan durante el resto de su vida, incluso sé de muchos que lo desaprovechan sin mas, dejándolo pasar.

[continuará...]
Emilio

viernes, 4 de julio de 2008

Técnica de Tractor Pulling

El verano trae muchas sensaciones buenas, pero también el sopor provocado por el calor. De ese proceso de letargo y de inactividad también participan los programas televisivos. La combinación de ambas sensaciones te puede acercar a conocer el Tractor Pulling, ese deporte tan peculiar que descubrí gracias a Eurosport.

Todo el mundo habla de la carrera que supone vivir la vida. Nos dirige hacia obstáculos a saltar, adversidades que esquivar, pasando también por puntos que nos proporcionan felicidad. Pero nadie nos habla del ritmo que se debe mantener mientras se vive, del momento en el que tenemos que dar cada paso. Esto no sugiere que exista un único ritmo válido para todos nosotros, sino que cada uno necesita encontrar el suyo propio para cada etapa en particular. Si vas despacio ves cómo las cosas pasan a tu alrededor sin poder intervenir en ellas, si llevas un ritmo acelerado es posible que no seas consciente de lo que sucede a tu alrededor.

En la vida, como en el tractor pulling, debes ser tan veloz como para alcanzar lo que buscas sin que caduque, así como lo bastante pausado para no “pasarse de rosca”. ¿Cuál es el momento adecuado para lanzarse a por esa persona que te importa? Si lo haces demasiado pronto puede que la pilles de improviso y “se asuste”, pero si esperas mucho es probable que se pase el momento y deje de interesarse por ti.

Es vital para tener éxito el disponer de la habilidad suficiente para ver la ventana de oportunidad que se abre cuando quieres conseguir tu objetivo. No basta con saber actuar, sino que elegir el momento para hacerlo es fundamental. Al igual que en el tractor pulling, es tan importante ser el primero en cruzar la primera línea como ser lo suficientemente hábil como para no traspasar la segunda. Si dominas esta técnica, dominarás el tempo de tu vida.
Diego

martes, 1 de julio de 2008

Escribo al silencio de madrugada

Escribo al silencio de madrugada. Quiero decirte hasta pronto. Quiero decirte que te quiero, y me suenan tan bien las palabras que las repito incansablemente, te quiero, te quiero, te quiero, ojalá pudiera abrazarte con ellas y que te sirvieran de consuelo en estos instantes de espera.

No sé para quién escribo si entre nosotros basta una mueca irónica, un ceño fruncido, un brillo especial en los ojos, sustitutos de discursos cotidianos, menos dolorosos o más profundos. Además, mi vida, pronto estaré contigo y la felicidad que siento evaporarse desde mis dedos no es sino la fuerza de la costumbre, la carta de un suicida cualquiera desprovista de lamentos.

Te juré esperar hasta que lo que construimos pareciera firme y ya no hiciéramos falta. Mi recompensa, reunirnos donde quisiera Dios que nos hubiésemos ido. En estos momentos puedo afirmar sin vacilar que nuestros hijos ya no me necesitan, la vida me sonríe plácidamente y mis amigos continúan unidos. El equilibrio me rodea y sin embargo yo sé que hasta que no esté a tu lado no podré alcanzar la cúspide de la vida, mi razón para respirar en algún lugar de todos los mundos.

Dicen que estoy loca porque hablo contigo por la calle y sólo suena mi voz. No entienden que tú me acompañas y que la estela de tus respuestas se extiende hasta el infinito y complementan todas mis dudas, las presentes y las que aún no me he formulado. Me susurran al oído, con tono hipócritamente prudente, que no estás entre nosotros e incluso llegan a apostillarme aquellos que se disfrazan de macabros sabelotodos, que tu cuerpo hace tiempo ya que está criando malvas. Por supuesto, contesto yo, no esperaba menos de él. Son mis flores favoritas.

Antes de conocerte prefería hacerme un ovillo y quedarme quieta y solitaria, reflexiva y melancólica, en algún lugar en una inmensa pradera verde. Sólo más adelante aprecié el inmenso placer de retirar uno a uno las minúsculas porciones de arena de cada porción de tu cuerpo. Fascinación activa que únicamente era superada cuando dejándome caer ciega y confiada, encontraba siempre tu apoyo bajo la rama de cualquier árbol, al lado de la playa, alejado de la pradera.

Ahora la muerte intenta ponerme celosa y me silba chillona que vino a buscarte muy joven, te deseaba como mujer y tú te sentías tentado por ella. Aunque fuera así, no me importa, se trata de una separación física más y sé que no necesito luchar, fuiste mío desde siempre, los dos lo sabemos aunque ninguno lo diga.

Antes de irme dejaré esta carta en el buzón de casa, a falta de tu domicilio en estos momentos y por si los otros sabelotodos a los que aludía antes erran doblemente y continúas buscándote a ti mismo. No importa quién le pidiera tiempo a quién. Te comprendí y me comprendiste y sabíamos que algún día uno de los dos esperaría donde estuviera seguro de encontrar al otro.

Me da igual dejar este mundo porque sé que la dicha a tu lado promete ser como siempre lo fue, eterna.

Vicky