martes, 22 de julio de 2008

Si

Si fuera un egoísta inmisericorde me irían mejor las cosas, estoy seguro. Para empezar, proclamaría a los cuatro vientos mi intención de ser el eterno estudiante con el fin siempre alabado de convertirme en un hombre de provecho. Provecho propio, evidentemente, aunque esto último me lo callo, y en su lugar acudo a mi cuidada oratoria, humilde y efectiva, para justificar mis propósitos. Por ejemplo, decir que la vocación de uno es entregarse a los demás emociona a las abuelas, te reconcilia con los amigos y además sirve para ligar. El kid completo, vaya.

Después, cuidaría mi aspecto físico. Las trazas de hippie moderno pero sano, ecológico pero con estilo, me asegurarían ser invitado a todas las fiestas y me ayudarían a consolidar mi imagen de hombre comprometido. Además, me ahorraría un buen dinero, que dedicaría, sobra decirlo, a cervezas baratas (bebida de estudiante, económica pero abundante) y a un porro de vez en cuando. Tabaco no, gracias, que ya se sabe que es malo para la salud y no está de moda.

Renovado por dentro y por fuera, me mostraría al mundo como un tío enrollado que habla con todo el mundo, propone aventuras, cuenta anécdotas graciosas que cautivan la atención de los oyentes. Eso sí, sin pasarse. Es una tarea ardua y lenta, esta de seleccionar qué, cómo y dónde relatar las experiencias, así como se necesita un tacto y un talento especial para saber escaquearse en el último momento, sin ofender a nadie y a ser posible, despertando cierta lástima.

Si fuera un egoísta que va por la vida acompañado por los otros pero que sólo hace caso al hombre que siempre va consigo; si fuera así, sería un triunfador nato, admirado por todos y por mí mismo, feliz ante lo pasado y despreocupado respecto al futuro.

Quizá llegue un día en que alguien o la vida me quiera enseñar a ser así. Hasta entonces continuaré dialogando con el espejo los sábados de madrugada, cuando tambaleante, borroso y apestado, le digo a mi tocayo, “tío, por si no te lo había dicho, que sepas que eres un pringao”.
Vicky

No hay comentarios: