miércoles, 27 de mayo de 2009

Ilusiones y decepciones

Abro los ojos. El comenzar un nuevo día siempre significa nuevos horizontes, nuevos intentos por concluir proyectos que se quedaron atrás, nuevas personas a las que conocer, nuevos propósitos que formar y alcanzar de cara al futuro…y entonces piensas ¿qué tipo de persona puede pensar de esa manera? ¿el que escribe libros de auto ayuda? ¿el que vive en el país de Nunca Jamás? Sí, abro los ojos para ser consciente que una noche más no he dormido ni descansado como mi cuerpo necesita porque las preocupaciones, los nervios, las obligaciones, las necesidades invaden mi mente hora a hora sin distinguir si es de día o de noche.

Después de prometerme que esa noche intentaré ir a dormir antes, soy consciente del miedo que me atenaza con la misma intensidad que el sol lo hace con la noche. Miedo a seguir esclavizada a la rutina, miedo a que las ilusiones se conviertan en barreras, en unos obstáculos tras los que no haya más que decepción a pesar de la superación, miedo a volver a estar equivocada, miedo a caer y empezar de nuevo desde cero, miedo a que el optimismo se desvanezca por la frustración.

Nunca me ha asustado el enfrentarme a esos miedos, lo que me paraliza de terror es precisamente que ya no tenga fuerzas para hacerlo. Para conseguir lo que uno quiere hay que luchar pero, ¿cuántos combates puede aguantar un alma que solo sabe besar el suelo del ring? No es autocompadecerse, es ser sincero con uno mismo para no caer en la locura, es comprender lo que a todos nos asalta alguna vez antes de conciliar el sueño o al despertar una mañana.

Es entonces cuando me desperezo, me levanto y sonrío pensando que todavía hay oportunidades para mí, ilusiones y sueños por cumplir porque las decepciones no son más que momentos o situaciones puntuales que en el devenir de nuestras vidas pueden llegar a significar el principio de lo bueno del hoy y del mañana.
Emaleth

1 comentario:

Iván dijo...

Me quito el sombrero, Vanesa.

No podría explicar mejor esta situación. Precísamente, esa idea es la que ronda mi cabeza continuamente jejeje.

Mi camino desde hace varios años ha estado marcado por todas estas reflexiones que bien argumentas. Pero gracias a mi gente (mi novia, mi familia y unos cuantos buenos amigos sobre todo) me levanto de la lona del ring contínuamente y sigo adelante.

Gracias por estar ahí.