lunes, 5 de octubre de 2009

Culto a la lectura

¿Qué es un libro? Hoy en día es un término que ha perdido su notoriedad del pasado para ser un mero cúmulo de hojas numeradas cuya cantidad para muchos definirá el contenido del mismo en aburrido o divertido. Los avances visuales superan lo estático de las letras para apostar por una consecución de imágenes y sonidos inmediatos que merman poco a poco la capacidad imaginativa del individuo.

El desprecio a la lectura es el resultado del culto a la pasividad personal y la obtención inmediata de lo deseado. Uno de los pocos estímulos que un libro puede llegar a provocar en la persona se halla concentrado en el título y la imagen que recubre la cubierta, un título y una imagen que no concretiza el contenido temático ni garantiza lo que creemos esperar de él al asimilarlo a un contexto en concreto. Se olvida buscar el argumento de la contraportada por la preocupación de hallar algún indicativo que lo nomine como bettseller porque, dentro del razonamiento más simple, si lo han comprado miles de personas, será porque es bueno y tal número no puede estar equivocado ¿no?

El criterio de juicio en la elección de un libro es un asunto particular de igual modo que el gusto por una temática u otra. La indignación llega cuando el lector pertenece a una sociedad en la que leer lo aísla en un pequeño grupo de gente que comparte esta misma pasión incomprendida por todos aquellos que no la practican y menos aún por otros que se deleitan con orgullo en un desconocimiento de la misma que a veces desemboca en comentarios despreciativos. Leer no está de moda.

Leer es la conexión íntima del individuo con la creación surgida de la mente del escritor. El lector no hace suyo al libro sino que es éste el que se apropia del individuo, de su tiempo, le hace participar del sufrimiento o alegría de los personajes, de la visión de los paisajes y objetos descritos, del padecimiento de distintas situaciones y emociones….en definitiva, sin su participación activa no hay historia.

En conclusión, la culminación de un libro puede dejarte insatisfecho, decepcionado, fascinado…son muchos los adjetivos que se podrían aplicar. De cómo haya sido el final dependerá el comienzo del siguiente. Un libro que te cautiva hace retardar el comienzo de otro, te embarga un sentimiento de traición hacia el que has concluido o sospechas que el posterior no podrá ser mejor. Sea cual sea el sentimiento que provoque, un libro nunca te deja indiferente así que nunca dejes de leer….
Vanesa

1 comentario:

Christofer Lambert dijo...

Se veía que tarde o temprano iba a caer una critica sobre este asunto.Ya sabes que opino igual(aunque ya sabes que llevarte la contraria y discutir me encanta......)jejejeje