miércoles, 18 de junio de 2014

La novedad y su necesidad


La reciente abdicación del Rey ha revolucionado los distintos espacios informativos, ha llenado las conversaciones entre las personas y, por supuesto, ha iniciado movimientos a favor y en contra de la monarquía.
Si pienso en los que anhelan la vuelta de la República, entiendo que vean este suceso como una oportunidad para el cambio pero me sorprende su popularidad entre la gente joven.
Sé que un ejemplo no es justificación para generalizar pero entiendo cuál es el panorama educativo y da que pensar… El joven del que hablo acaba de finalizar sus estudios de bachillerato, y ante su fervorosa defensa de la República, creí conveniente indagar un poco… El resultado no fue muy sorprendente pues no supo responder, entre otras preguntas, qué era una República, si la última habida en España se impuso o fue fruto de un acuerdo, el coste de la misma, e incluso, no sabía muy bien qué era un referéndum.
Mi intención no es alertar sobre el muy discutible sistema educativo actual pero sí resaltar la facilidad con la que nos ponemos de una parte y de otra sin saber a penas nada de lo que estamos defendiendo. No solo eso, no sabemos priorizar unos asuntos sobre otros según su grado de necesidad y emergencia. De repente, la obsoleta y nula clase política ha conseguido un respiro gracias a que las críticas han derivado a otro lugar. Es más, han aprovechado bien este novedoso foco de atención para ocultar los casos de corrupción y malversación con una “urgente” modificación de la Constitución. Y, ya se sabe, “aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid” pues hacemos otro par de modificaciones y así tenemos entretenida a la gente en sus tertulias cafeteras.
Pero, el carácter español al que nos aferramos para justificar nuestro comportamiento no es el único culpable. Por desgracia, los medios informativos aportan también su granito de arena día tras día. A veces pienso que funcionan a semejanza de  las estaciones: reiteración de temas por cada una de ellas enfatizándolas con distintos comentarios subjetivos para captar la mayor atención posible en sus receptores. Incluso, a lo largo del tiempo, también se repiten de forma cíclica como las estaciones: ataques de perros, mafias especializadas en distintos sectores, violencia de género, indigencia, bandas latinas, epidemias, desahucios, la dificultad de llegar a fin de mes, el paro, el fútbol, las rebajas, la corrupción política y la monarquía.
La puesta en marcha es fácil: elegimos tema, sacamos multitud de noticias referidas al mismo de forma continua y, de esta manera, ya están entretenidos los ciudadanos habiéndoles indicado en qué tienen que pensar.
Despertemos de una vez, los problemas políticos, sociales y económicos no son novedades, no funcionan de forma independiente, no desaparecen porque surjan otros ni porque se deje de hablar de ellos. La novedad es la distracción de los ignorantes, los partidismos la posición que toman como consecuencia, y yo, yo sigo preguntándome si algún día podremos salir de este círculo vicioso…
Emaleth