viernes, 15 de enero de 2016

Actualidad política: ¿Novedad o más de lo mismo?

El año 2016 empezó como terminó el 2015: la incertidumbre en el escenario político democrático español y la inagotable e insufrible campaña catalana de desmembramiento estatal.
Si un rayo de esperanza nos deslumbró con la renuncia y rendición de Arturo Mars, un nubarrón se encargó de ocultarlo bajo acciones más que cuestionables y argumentaciones sin sentido. Sin duda, en la actualidad, Platón hubiera suplicado por la existencia de sofistas: al menos sabrían hacer discursos y buen uso de la palabra…otra cosa son las intenciones.
Las elecciones generales de finales de año me fueron igual de indiferentes que las anteriores: mismos argumentos, mismos reproches, mismos datos económicos y sociales…donde la única novedad consistía en la participación de nuevos partidos que se servían de su aún inocencia política para arremeter contra el bipartidismo octogenario que sufrimos casi desde el inicio de la democracia.
“Mismos perros con distintos collares” decía mi abuelo. No sé si yo afirmaría lo mismo, lo que sé realmente es que la novedad solo reside en la imposibilidad de una mayoría absoluta por alguno de los partidos. El resto ya lo conocemos de sobra: palabras de campaña que se las lleva el viento para ser sustituidas por la búsqueda de acuerdos favorables no siempre para el votante.
El auge de los debates y el intento de los periodistas por hacerlos parecer diferentes me parecieron absurdos. El grupo Antena Tres Media enumeró una serie de preguntas de interés general y los candidatos las respondieron, si es que lo hacían, de igual manera a cuando se presentaba un tema y se les daba tiempo para exponer su punto de vista. La novedad una vez más brilló por su ausencia, y si la hubo, tal vez fue la ausencia del Presidente del Gobierno en uno de ellos.
Si a mí me hubieran preguntado en las últimas elecciones como ciudadana cuál sería la cuestión que plantearía a un político, fuese del partido que fuera, lo tendría muy claro: De todo lo que proponen, ¿qué se pueden llevar realmente a cabo de su programa en un Estado que obedecerá a pactos entre partidos enfrentados en sus ideales y cuya aprobación depende del permiso último de Europa?
Ya es tarde…La cifra del final del año cambia el uno de enero, pero la situación política decadente, absurda y de patio de colegio sigue, para mi pesar, igual.
Emaleth